Sólo cuatro de cada 10 trabajadores beben más de un litro de líquido a lo largo de su jornada laboral, según revela el estudio ‘Hábitos de hidratación en el trabajo’ realizado por el European Hydration Institute (EHI).
Una inadecuada hidratación puede causar dolor de cabeza, cansancio, pérdida de concentración y disminución de la efectividad en el trabajo, lo que puede dar lugar a un mayor riesgo de errores y accidentes laborales. Sin embargo, según se desprende del estudio ‘Hábitos de hidratación en el trabajo’ realizado por la European Hydration Institute (EHI) sólo cuatro de cada 10 trabajadores bebe más de un litro de líquido durante su jornada laboral.
La cantidad de líquido que se debe ingerir depende de muchos factores como la dieta, el tipo de vida, la edad y la actividad física, aunque los expertos insisten en la necesidad de hacer descansos, tanto en el trabajo como en casa, que favorezcan la ingesta de líquidos y el aporte de energía. Según el Profesor Lluis Serra-Majem, miembro del Comité Científico Asesor del EHI y Prof. de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas, «es importante beber líquidos cada dos horas aproximadamente a lo largo del día, tengamos o no sensación de sed, para conseguir un estado de hidratación adecuado para la salud, el bienestar y el rendimiento físico y mental».
Esta práctica, la de beber cada dos horas, le parece al experto mucho más saludable que la de aquellas personas que beben uno o más litros de agua por la mañana en ayunas y después apenas beben nada durante el resto del día. «Es evidente que cuando nos levantamos necesitamos reponer líquidos pues estamos en una situación de deshidratación leve o moderada. Pero el exceso de agua o líquido que bebamos lo excretamos rápidamente por la orina», arguementa el Prof. Serra-Majem.
El cerebro necesita hidratarse
Hidratarse es importante para el correcto funcionamiento del cerebro. Cuando estamos hidratados las células del cerebro reciben sangre oxigenada y el cerebro se mantiene alerta. La deshidratación leve, que conlleva pérdida de agua, lleva a una reducción de la masa corporal entre el 1% y el 2% pudiendo afectar a la capacidad de concentración. Una pérdida de más de un 2% del peso corporal por la falta de hidratación puede afectar a la capacidad de procesamiento del cerebro y a la memoria a corto plazo.
Por eso el Profesor Serra-Majem hace la siguiente recomendación: «En las 8 horas que estamos en el trabajo deberíamos beber unos 600 ml (mujeres) y unos 800 ml (hombres) de líquidos repartidos en 4 tomas. Esta cantidad será mayor en condiciones de calor extremas o en trabajos que requieran gran actividad física».
¿Sabías que… ?
1. El agua es sin duda una fuente de líquido muy importante, pero muchas de las bebidas que consumimos habitualmente como los zumos, los refrescos, la leche, el café y el té, entre muchas otras, son en más de un 85% agua, y por ello son también una fuente de hidratación.
2. La variedad de líquidos contribuye a mejorar la ingesta de micronutrientes, vitaminas, antioxidantes y electrolitos. Las razones para elegir una u otra dependen del motivo: por ejemplo, cuando se está cansado se optará por una bebida con cafeína, las bebidas deportivas además de hidratar ayudan a recuperar el desgaste energético y los zumos de fruta aportan nutrientes importantes como vitaminas y antioxidantes
3. Muchos factores como el incremento de la carga de trabajo, el estrés, los viajes hacia el trabajo, el aire acondicionado o la calefacción, pueden afectar al funcionamiento normal del cuerpo y aumentar la pérdida de agua, incluso aunque no estemos sudando.
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